Berlin

La capital de Alemania es un buen lugar donde pasar desapercivido... aunque tengas alas. De todos modos es mejor prevenir que curar. Podréis pasear por las calles de esta y otras ciudades, pero tened cuidado.[/b]

No sabía como lo había hecho pero al pensar en Lucía y cerrar los ojos había aparecido junto a ella, bueno un poco más apartada, estaba tumbada sobre una azotea en alguna ciudad que no conocía.
Estaba bonita, desde allí se apreciaba mucho más su brillo, tanto como las luces de la ciudad...
Se acercó en silencio y se tumbó junto a ella sin hacer demasiado ruido, luego giró la cara y la miró, le pasaba algo...

-¿Estás bien?

-Si Dios no nos quisiera no nos habría dado un corazón fuerte, si soportamos lo que se nos viene es porque somos más duros de lo que creiamos... He llegado a la conclusión de que a los demonios lo que les ha ocurrido es que sus corazones han sido emparedados y nisiquiera tienen hueco para later, por eso soportan el mal... porque nisiquiera les llega el dolor, llega pero rebota en su pared, por esa misma regla de tres a los ángeles debería llegaros el dolor con más intensidad, pero la sabiduria de los años os hace rebotarlo como podría hacerlo un demonio pero a elección propia... Los humanos no tienen ese poder o ese don, aveces creo que a mi corazón lo que le ha pasado es que se a carbonizado y que actuo solo por inercia. - Miró las estrellas como había hecho en el cementerio, pero allí no se veían casi por culpa de la polución.

*sonrió de nuevo*
- veo que has estado reflexionando, eso esta bien, las reflexiones ayudan a tomar decisiones, ¿que has estado haciendo para llegar a esas conclusiones?
*preguntó con inquietud, realmente le resultaba curioso, pues tenía toda la razón*

-He conocido a un demonio, no es que haya tratado demasiado con él, pero lo notaba...

-MI madre es de las que cree que el problema es que un ser superior jamás podrá entender a un inferior, como querer entender a una oruga, y a su vez los seres inferiores no entienden a los superiores porque eso supondría un cansado esfuerzo, yo soy de las que cree que los hombres son i****** y que no valen la pena...- vió como Lucía se ponía de pie.- pero no se nunca he sentido nada por un hombre, nisiquiera he sentido amor por mi padre porque no lo he tenido, así que... son como completos desconocidos.

-¿Mal de amores Lucía?-preguntó dejando caer la frase.

-Nah, solo un poco.- rió.- Él no vale la pena, nunca encontrará a nadie más bueno que tú

-¿Quien es Dámian?

-¿Algo así como tu contrario? No os llevareis demasiado bien, supongo...

-Entonces debe de ser bastante malo... ¿Por qué tienes relación con alguien así?

-Vaya... pensaba que los arcangeles estaban para eso, di por hecho que tú te encargabas de prepararte para ser la heredera o algo así aun que ahora que caigo... Dios será inmortal.

-El problema es que él es malo y siempre que pueda te herirá, como sea y cuando sea...Supongo que intentará hundirte y destruirte, pues sin ti tendría las cosas más fáciles.- se levantó para estirar las piernas.

Apareció en la azotea de un edificio de Berlín, llevaba varios días buscando el rasto de Lucía, ella corría peligro en el mundo de los humanos y aunque no iba a obligarle a hacer nada protegerla era una de sus prioridades, para eso era un ángel, para servir a su señor y proteger el bien del mal.
Al darse cuenta de la presencia del ángel caido tan cerca de la hija de su señor, dejó fluir la mágia por sus dedos y un rayo de luz atravesó el espacio que le separaba del caido.

-Lucía ponte detrás de mi.- ordenó.