El Cementerio

Con mis dos hachas a la espalda, me dirijo al cementerio.
Entre las tumbas, entreveo a Dámian.

Le pareció oir a alguien más en el cementerio y se volvió. Entre dos tumbas, cerca de la entrada, vió una figura conocida, más alta y robusta que él y con dos hachas de guerra cargadas a la espalda con facilidad.

- Buenos días, Astaroth - saludó.

- Buenos dias... ¿Dias? ¿Desde cuando aquí hay noche o dia?

*Se queda pensativo*

- En fin, que raro verte por aquí Dámian

- Es posible... hace tiempo que no viajo allí.

*Siguió la misma trayectoria con los ojos que Damian*

- A pensar en el pasado. Aunque... no debería hacerlo...

Se preguntó si aquello que relucía en los oscuros y rojos ojos de Astaroth era melancolía. Siempre se había preguntado por qué a veces el demonio se mostraba así, generalmente aquellas ocasiones en que se habian encontrado en un cementerio.

- El pasado, pasado está. De nada sirve perderse en él.

- Pero me gustaría tanto volver a él...

*se mantuvo callado unos instantes*

- ¿En que piensas?

El semblante del general cambió completamente.

- No es... asunto tuyo. Mi pasado no te tiene por que importar. Como bien has dicho, el pasado, pasado está.

Se puso tensó ante el repentino cambio de humor del general. Soltó un gruñido y dijo.

- Muy bie. Húndete tú solito en tu melancolía.

Astaroth, arrepentido (solo un poco) de sus actos, agarró a Dámian del brazo, impidiendo que se fuera.

- Si de verdad te interesa, te lo contaré.

<<Hace mucho tiempo, cuando aún las estrellas brillaban en este peremne cielo rojo, hubo una chica por la que abría matado al último de mis hermanos. Pero aquella chica... era un angel.
Se llevó mi corazón para luego destruirlo. Este colgante me lo entregó ella. No sé por que todavía lo llevo...
Después de algunos meses sin vernos... la vi... con otro angel. Supongo que me lo merezco por haberme enamorado de una estúpida alas blancas...>>

- Eso es todo...

- No tienes por que... Ahora... si encuentro a ese asqueroso angel. Lo mataré. Ese es mi único cometido en el mundo... o en el infierno. ¿Tú nunca te has enamorado?

*Veo a Aucifer llega ra lo lejos*

- Yo Astaroth, general de las tropas infernales. y tu??

Miró a Astaroth, sonriendo de incredulidad.

- Nunca.

Vió llegar a Aucifer.

- Oh, noooo, otra vez él....

- Vaya Dámian... eres de hielo...

*miro al angelito con desconfianza*

- Encantado, pero esto noe s lugar para que ande solo un angelito.

- No me gustan los caramelos.

*me quedó flipando al ver lo infantil que es el angel y le susurro a Dámian:

- ¿De donde ha salido este crio?

- ¿y qué tiene de malo que lo sea, Astaroth? - inquiiró mirando al general -. Solo me ahorraré los quebraderos de cabeza que tú has sufrido, por ejemplo.

Miró a aucifer poniendo los ojos en blanco.

- venga, ¿no peudes parar quito cinco minutos?