Los Ángeles

Se volvió, sorprendido de oir a alguien. Sacudió l acabeza, despejandose.

- Hola.

Su ciudad...

Ultimamente no había parado demasiado por allí pero los Angeles eran los Angeles...
Caminó hasta llegar al patio de su casa, sacó las llaves que llevaba en el bolsillo derecho y abrió el patio, estaba en silencio y no había nadie porque éra demasiado de noche, su madre estaría trabajando probablemente y hasta las 6 de la mañana no volvería. Entró en casa, fué hasta la cama y se dejó caer sobre ella, antes de darse cuenta ya estaba dormida, boca a bajo y con la ventana abierta de par en par.


Cuando se hizo de día salió de allí.

Le gustaba andar de vez en cuando, giró una esquina y tropezó con una chica, alzó la vista, era Lucía, se estrañó de verla allí.

-Vaya, ¿Que haces tú por aquí?

-¿Sabias que muy cerca de aquí vive Kaz?

Alzó una ceja.

Rió un poco.

-He estado paseandome por aquí haber si averiguaba algo más de ella, pero no he visto a su madre en casa ni nada... En clase es bastante normal, pero los profesores estan seguros que es por vaguería, parece tan normal en todo...
¿Te importa si paseo contigo?

-¿Te acuerdas de algo de tú infancia?

-Está demasiado ocupado... dirijir el mundo no es fácil, ¿Quién crea el propio destino de Dios?.-´se preguntó para si mismo que para Lucía.

-¿Enserio? ¿De verdad existe el libre albedrío? ¿O está marcado desde el principio quien va al infierno y quien al cielo? ¿No crees que si no estuviera marcado el infierno se llenaría de almas y el cielo estaría vacio? ¿La gente es buena porque si o porque ha nacido para serlo?

-Los humanos no son más que piezas de un tablero de ajedrez Lucía y con ellos juegan tú padre y Lucifer, cada uno tirando para su lado y nosotros somos las figuras principales que salvamos a los peones...