Miradiel entró en la biblioteca y se asombró al comtemplar tanto libro, decidió deambular por allí, quizás fuera la escusa perfecta de descansar y pensar en lo que iba a hacer, escogió un libro cualquiera y lo leyó mientras jugeteaba con su colgante, no lo estaba leyendo en realidad, solo pasaba las hojas y miraba alguna línea de vez en cuando, cuando vio una cosa que le llamó la atención: la piedra de la verdad, su padre se la había menionado alguna vez, decía que se perdió hace años, pero contestaría cualquier pregunta que aquel que la encontrara contestaría a todas sus preguntas.
"para que molestarme" se dijo "bastante tengo con encontrar al asesino de mi padre, no puedo buscar ahora ninguna piedrecita" aun así siguió leyendo.
"Lo que necesito es ayuda de alguien, si encontrase a alguien que me ayudara"